Fernando Gaviria, un misil a ritmo de reggaeton

Era 19 de marzo, el cielo azul lucía sobre Milán mientras 200 corredores se preparaban para correr la “Classicissima”, con sus 290 kilómetros hasta el mediterráneo pueblo de San Remo. Entre ellos estaba un chavalito de 21 años, Fernando Gaviria, que venía de exhibir su estratosférica velocidad en la Tirreno. Casi todos los expertos decían que la Milano-Sanremo se le haría larga al joven ciclista; Gaviria decía que venía a aprender y a conocer la carrera. Pero allí seguía Gaviria, a 300 metros de meta, en tercera posición de la carrera y con mejor sprintque sus rivales. Todo se esfumó por un despiste, pero ese día nació una estrella. Ese día se empezó a forjar la futura leyenda de Fernando Gaviria Rendón.

Fernando Gaviria escoltado por Brambilla y llorando tras caerse en la Milano-Sanremo.

“Amo la bicicleta. Campeón Mundial Omnium 2015 y 2016! Me gusta el reggaetón”. Así se define Fernando Gaviria (1994, La Ceja – Colombia) en su perfil de Twitter, que hoy en día es de las mejores herramientas para conocer a una persona.

INICIOS

Fernando Gaviria,
en uno de sus éxitos como juvenil.
Ama la bicicleta y es uno de esos privilegiados que han podido convertir su hobby en una profesión. A diferencia de otros ciclistas colombianos como Rigoberto Urán o Esteban Chaves, su camino para llegar a ser ciclista no ha sido complicado. Su padre compitió en carreras colombianas y después montó una escuela ciclista, mientras que su hermana mayor, Juliana Gaviria, fue olímpica en Londres 2012 en la modalidad de pista. Sin embargo, antes de tener clara su vocación por el ciclismo, Fernando practicó el patinaje de velocidad, en una clara premonición de cuál sería su estilo como ciclista posteriormente. Fue a los 15 años cuando ya Fernando se centró en el ciclismo y comenzaron a llegar los éxitos. “Cada vez me gustaban más las carreras y yo empecé a hacerlo mejor y mejor en ellas, lo que marca la diferencia”, explicaba Fernando a Alps&Andes. Pronto ingresó en una especie de centro público de alto rendimiento en Antioquía para desarrollarse mejor como ciclista y estudiante, por lo que su ascenso a la élite del ciclismo fue rodado.

Quizás la gran dificultad que tuvo “el misil”, apodado así por la velocidad que alcanza en la bici, es que no era un gran escalador; se quedaba en los puertos y los recorridos de las carreras colombianas eran muy escarpados. Consciente de sus limitaciones, Fernando decidió centrarse en la pista y sorprendió rápidamente llevándose dos oros (en Omniun y Madison) durante el Mundial Junior de Nueva Zelanda 2012. Ese talento sacado a la luz le abrió las puertas del Coldeportes-Claro, un destacado equipo amateur colombiano donde ha permanecido enrolado hasta la temporada pasada y le ha permitido disputar las mejores pruebas del calendario amateur del país cafetero.

EXPLOSIÓN

Su progresión era imparable. Éxitos en los Juegos Bolivarianos, en los Juegos Panamericanos, victoria en el Omniun de la Copa del Mundo de Pista en Londres 2014… hasta que llegó su explosión y su descubrimiento en el ámbito mundial durante el Tour de San Luis 2015, que corrió con la selección colombiana.

Ahí, todas las miradas estaban puestas en Mark Cavendish, el ídolo de la infancia de Gaviria, y parecía que nadie podría hacerle sombra en los sprints. En San Luis se da un ciclismo underground, acrecentado por los excéntricos narradores de la prueba, y, cuando se vio a un ciclista con el maillot colombiano ganar a Cavs, el tuiterío ciclista se empezó a preguntar quién era ese corredor. Los comentaristas argentinos tardaron en reaccionar, hasta que se atrevieron a señalar que había vencido el “Pitero” Juan Arango. Pues no, era Fernando Gaviria Rendón y desde ese día todos los equipos echaron un ojo a ese chaval de 20 años que había superado con 

solvencia a todo un Mark Cavendish. El tercer día, Gaviria demostró que su victoria no había sido casualidad y repitió con un sprint lejanísimo sacando una “bicicletería” al británico. Les recomiendo volver a verlo. “Veo a todos los corredores iguales, como si llevaran un mismo uniforme y así me creo conciencia de que puedo ser mejor que ellos”, explicaba Gaviria a Oakley. Tras San Luis, se vistió su primer maillot arcoíris absoluto ganando a Glenn O´Shea y Viviani en el Mundial de Pista de París 2015.



Gaviria celebrando su segunda victoria en San Luis.

ETIXX

Muy poquito tardó el Etixx-Quick Step en atar al talentoso velocista en un movimiento impulsado por el hecho de haberle mojado la oreja a la estrella del equipo belga. Pero Gaviria y Cavendish, al contrario de los que muchos pensaban, se llevaron a las mil maravillas. De hecho, desde el principio se lanzaron halagos mutuos por Twitter y en la primera vuelta que coincidieron, el Tour of Britain, Mark lanzó un sprint a Fernando ayudándole a ganar ante Greipel y Boasson Hagen, y alzando los brazos desde el pelotón para celebrar el triunfo del colombiano. En esa misma competición, Gaviria se lesionó la rodilla y no pudo participar en el Mundial sub23 de Richmond, donde era gran favorito. Fernando es muy propenso a lesionarse y en esta temporada 2016 ya ha sufrido dos: una tras la caída masiva de San Luis y la segunda, en abril tras caerse por las escaleras de su casa.



Cavendish y Gaviria se abrazan en Londres 2016 tras haber ganado Cavs un sprint a Viviani que hacía arcoíris al colombiano.

Aun así, salvando las lesiones, no se puede decir que esta temporada esté siendo mediocre para el colombiano, ya que ha sumado cuatro victorias, destacando su segundo arcoíris en el Omnium, donde fue ayudado por su amigo Cavendish. Pero todas llegaron antes de ese 19 de marzo, día en el que vimos uno de los finales más extraños que se recuerda en un monumento, y que aprovechó Démare para salir victorioso entre el caos.

FUTURO

¿Dónde está el límite de Gaviria? ¿Marcará una época en el ciclismo?

Parece que sí. Todos sus entrenadores coinciden en que tiene un talento especial, por encima de todo y de todos. Joxean Fernández “Matxín”, técnico de confianza en el Etixx, dice que tiene un don. Lo que está claro es que es un ciclista diferente, que hasta el momento ha sido prácticamente imbatible en los objetivos que ha marcado con una cruz. Además, Gaviria no es solo un velocista como podría ser Caleb Ewan, sino que tiene una excelente capacidad para rodar en el llano, lo que le abre las puertas a las clásicas de pavé. Él nunca ha ocultado que su sueño es ganar la Paris-Roubaix, porque termina en un velódromo y porque le encantan las pruebas de un día. Este año ya ha hecho sus pinitos en este tipo de clásicas y lo hizo realmente bien con dos top10 en A través de Flandes y en la Gante-Wevelgem.

A mi juicio, es el ciclista por el que Etixx debería apostar para liderar al equipo en este tipo de carreras si se marcha Boonen, porque ha demostrado tener fondo y desenvolverse perfectamente en situaciones con viento. Se le presenta también un gran dilema a Gaviria entre centrarse en las clásicas como Peter Sagan o en lossprints más puros como Kittel, pero yo creo que no se debe limitar a las llegadas y me atrevería a predecir que de aquí a dos años le vamos a ver en lo más alto del podio en una Paris-Roubaix.


Gaviria en el pavés.

Cambiando de tercio, el gran objetivo en lo que queda de 2016 para Gaviria es llevar un oro olímpico a Colombia en el Omnium de Río de Janeiro. Allí se enfrentará con Viviani, Cavendish o Kluge, rivales conocidos de la carretera a los que ya ha ganado en las dos superficies. Después de Río, debería ser de la partida en La Vuelta y terminaría el año luchando por un factible arcoíris absoluto en Doha.

HOBBIES


No podemos cerrar este perfil sin hablar de las aficiones fuera del ciclismo del joven antioqueño. Este las detalla muy bien en la web del Etixx: es un fan de los videojuegos de velocidad como el Moto GP (siempre juega con Jorge Lorenzo) o el Need for Speed, y su otra gran pasión es escuchar reggaeton. Su cantante favorito es el puertorriqueño Daddy Yankee, con sus temazos como Limbo,Gasolina o Sígueme y te sigo. Una de las frases motivadoras que utiliza en los momentos complicados es “no tiro la toalla ni saliendo de la ducha”, delrap Leyenda, compuesto por el albaceteño Nach. También le gustan las películas y series de terror como The Conjuring. ¿Y de Colombia, qué echa de menos? Los frijoles de su abuela.

Este es Fernando Gaviria, nacido para correr.

Fuente: https://entrecunetas.com