Hector-Urrego-Caballero-COlumna-720
Como la escrita en una calurosa noche del mes de Agosto de 1971 cuando Cochise Rodríguez se tituló campeón mundial de los 4.000 más en Pista en Varese (Italia) o cuando ganó la primera etapa un colombiano en el Giro de Italia (1973), o en el inolvidable 1980 con Alfonso Flores campeón del Tour del Avenir,
la primera etapa de un colombiano (Luis Herrera) en el Tour de Francia de 1984 en el Alpe D’Huez o también, el increíble triunfo por primera vez del ciclismo colombiano en el Dauphiné Liberé (Martin Ramírez) en 1984, el primer podio del ciclismo colombiano en la Vuelta a España de 1985 con Pacho Rodríguez (Tercero), la primera camiseta de Campeón en la Vuelta a España 1987 con Luis Herrera, el primer podio colombiano en el Tour de Francia (tercero) con Fabio Parra en 1988, el primer triunfo en Langkawi con Hernán Darío Muñoz en 2002 y el primer Campeonato mundial CRI (Elite) con Santiago Botero en ese mismo año.
Y así sucesivamente, hasta llegar al comienzo de la segunda década del nuevo siglo con una generación de oro no solo para el ciclismo colombiano sino para el ciclismo del mundo que también se ha encargado de que por primera vez sucedan hechos históricos, como la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y el vibrante segundo lugar de Rigoberto Urán en el Giro de Italia; Nairo Quintana subcampeón en el Tour de Francia de 2013, la primera victoria colombiana con Carlos Betancur en, la Paris Niza (2014), el primer tridente en la sala de trofeos de su casa en Tunja para Nairo en la Tirreno Adriático del 2015, sumando a esto la primera camiseta rosada como campeón del Giro de Italia para él mismo en el 2014, la espectacular victoria de Miguel Ángel López por primera vez para un colombiano en la Vuelta a Suiza 2016, así como las sensacionales victorias en las más encumbradas clásicas del ciclismo europeo como el Giro de Lombardía (Esteban Chaves) o Paris –Tours con Fernando Gaviria en el final del año anterior.
Todo lo anterior, en una lista interminable de éxitos históricos y de sucesos que aparecieron por primera vez pero que afortunadamente siguen sucediendo, como el sábado anterior (11 de Marzo) cuando coincidencialmente dos de las más importantes carreras por etapas en el mundo (Paris-Niza en Francia y Tirreno Adriático en Italia) pasaron a ser lideradas – y finalmente vencidas – por dos formidables ruteros de nuestro país, en su orden, Sergio Luis Henao campeón el domingo anterior y Nairo Quintana bicampeón este martes 14.
Esto, gracias a la ya mencionada “Generación de oro” que aparece en 2010 con todo su furor, encabezada por el infortunado Mauricio Soler, seguido de Rigoberto Urán junto con Sergio Henao, Nairo Quintana, Esteban Chávez, Fabio Duarte, Carlos Betancur, Jarlinson Pantano, Darwin Atapuma y finalmente Miguel Ángel López, Fernando Gaviria, Egan Bernal, Jonathan Restrepo, Dayer Quintana, Sebastián Henao, para citar solamente los nombres que hoy brillan con luz propia en el firmamento ciclístico mundial quienes se encargarán, seguramente, de mantener el nombre y prestigio del ciclismo de su país, en el tope de las naciones más poderosas del planeta en el rudo deporte de las ruedas y los pedales.
Hoy no puede haber ni el menor asomo de duda en cuanto al potencial ciclístico colombiano, reconocido por propios y extraños. El talento natural, la determinación, coraje y capacidad de sacrificio del ciclista colombiano, ha permitido finalmente ser calificado como “un gran ciclista para grandes carreras” según expresión de un avezado periodista italiano.
El año ciclístico aún está muy joven, los grandes retos están por llegar pero tengo igualmente la certeza de que los integrantes de esta maravillosa generación que hoy disfrutamos nos van a deparar muchas más alegrías y satisfacciones en todos los compromisos donde sus nombres aparezcan en la lista de participantes, siempre sabiendo que aún restan acontecimientos que por primera vez están por suceder en la vasta historia del ciclismo colombiano. Así sea.
Y así sucesivamente, hasta llegar al comienzo de la segunda década del nuevo siglo con una generación de oro no solo para el ciclismo colombiano sino para el ciclismo del mundo que también se ha encargado de que por primera vez sucedan hechos históricos, como la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y el vibrante segundo lugar de Rigoberto Urán en el Giro de Italia; Nairo Quintana subcampeón en el Tour de Francia de 2013, la primera victoria colombiana con Carlos Betancur en, la Paris Niza (2014), el primer tridente en la sala de trofeos de su casa en Tunja para Nairo en la Tirreno Adriático del 2015, sumando a esto la primera camiseta rosada como campeón del Giro de Italia para él mismo en el 2014, la espectacular victoria de Miguel Ángel López por primera vez para un colombiano en la Vuelta a Suiza 2016, así como las sensacionales victorias en las más encumbradas clásicas del ciclismo europeo como el Giro de Lombardía (Esteban Chaves) o Paris –Tours con Fernando Gaviria en el final del año anterior.
Todo lo anterior, en una lista interminable de éxitos históricos y de sucesos que aparecieron por primera vez pero que afortunadamente siguen sucediendo, como el sábado anterior (11 de Marzo) cuando coincidencialmente dos de las más importantes carreras por etapas en el mundo (Paris-Niza en Francia y Tirreno Adriático en Italia) pasaron a ser lideradas – y finalmente vencidas – por dos formidables ruteros de nuestro país, en su orden, Sergio Luis Henao campeón el domingo anterior y Nairo Quintana bicampeón este martes 14.
Esto, gracias a la ya mencionada “Generación de oro” que aparece en 2010 con todo su furor, encabezada por el infortunado Mauricio Soler, seguido de Rigoberto Urán junto con Sergio Henao, Nairo Quintana, Esteban Chávez, Fabio Duarte, Carlos Betancur, Jarlinson Pantano, Darwin Atapuma y finalmente Miguel Ángel López, Fernando Gaviria, Egan Bernal, Jonathan Restrepo, Dayer Quintana, Sebastián Henao, para citar solamente los nombres que hoy brillan con luz propia en el firmamento ciclístico mundial quienes se encargarán, seguramente, de mantener el nombre y prestigio del ciclismo de su país, en el tope de las naciones más poderosas del planeta en el rudo deporte de las ruedas y los pedales.
Hoy no puede haber ni el menor asomo de duda en cuanto al potencial ciclístico colombiano, reconocido por propios y extraños. El talento natural, la determinación, coraje y capacidad de sacrificio del ciclista colombiano, ha permitido finalmente ser calificado como “un gran ciclista para grandes carreras” según expresión de un avezado periodista italiano.
El año ciclístico aún está muy joven, los grandes retos están por llegar pero tengo igualmente la certeza de que los integrantes de esta maravillosa generación que hoy disfrutamos nos van a deparar muchas más alegrías y satisfacciones en todos los compromisos donde sus nombres aparezcan en la lista de participantes, siempre sabiendo que aún restan acontecimientos que por primera vez están por suceder en la vasta historia del ciclismo colombiano. Así sea.
Fuente:www.revistmundociclistico.com